El cinturón es la prenda de honor del Taekwondista, por lo que su colocación es de alguna manera una ceremonia en la cual el Practicante recoge toda la energía del Tanjon para poder utilizarla en la aplicación de cada técnica. Según la cultura y la medicina tradicional coreana, la energía vital o el “Ki” del Ser humano parte de un punto ubicado en el abdomen denominado Tanjon o Dahnjun y se irradia por todo el cuerpo a través de una serie de meridianos. Cuando el Practicante se encuentra en un estado de calma y relajación interna, la energía fluye armoniosamente y puede ser empleada para aumentar la potencia, la velocidad y la fuerza de una técnica.         

     Cada cinturón posee cinco centímetros de ancho y un grosor de cinco milímetros aproximadamente. El nudo del cinto se ubica en el centro del estómago y a los lados del nudo cuelgan los extremos de manera equilibrada representando la armonía que el Practicante debe poseer entre lo físico, lo mental y lo espiritual.

​

        Los colores empleados son: blanco, amarillo, verde, azul, rojo y negro, estos no fueron escogidos arbitrariamente, sino que tienen que ver con la más pura tradición. El General Choi Hong Hi, simbolizó la evolución dentro de la práctica del Taekwon-Do, con el crecimiento de un árbol, sintetizando con los colores utilizados en los cinturones, los diferentes momentos que éste atraviesa, desde el nacimiento, hasta la conquista del universo. De esta manera, el color del cinto indica el grado y experiencia del Practicante. Para el cambio de cinturón es necesario que el Practicante se presente a un examen en el que sean evaluados sus conocimientos y habilidades adquiridas en todos los aspectos del Taekwon-Do. Cabe mencionar que, originalmente las Puntas de color en los cinturones no existían y para la siguiente promoción de cinturón se debían rendir dos formas.